«El reloj»
Reloj, no marques las horasPorque voy a enloquecerElla se irá para siempreCuando amanezca otra vez
Lo vi alli recostado sobre esa cama con sabanas blancas, no se le veía el rostro, pero su mano derecha yacía casi flácida en la mano de su gran amor, la otra mano la tenía empuñando un trozo de esa sabana, tan fuerte la vi, que esperaba que se arrancara, ya que las venas de sus manos estaban saltadas por la fuerza impregnada en esa acción, y ello por la impotencia de no poder hacer nada que pudiera volver a tener sonriendo a su amada.
El llanto estaba sobre las ya humedecidas sabanas, no dejaba de sollozar, su boca la tenia mordiendo la sabana para no poder gritar su clamor por la vida de quien en las buenas y las malas estuvo con el siempre.
Los aparatos médicos solo hacían más trémulo el momento de angustia, se veía solo, absolutamente solo al día siguiente, aunque estuviera rodeado de todos quienes le conocían, ya que el creer que no va a estar más ella con él, lo hacia derrumbarse hasta el fondo del abismo de la depresión y de la tristeza perenne.
Ya no quería verla a sus ojos, porque estos solo tenían una frase, ¡Te amo y Nunca te dejare!
Y lo vi llorando con grande intención porque el tiempo inexorable se acercaba el fin, razón por la cual le pidió al tic tac del Reloj que…
«El reloj»
Reloj, no marques las horas
Porque voy a enloquecer
Ella se irá para siempre
Cuando amanezca otra vez