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Tus labios son como cerezas,

los veo carnosos, dulces y de color carmesí,
ellos me piden que te bese fuertemente,
pero en cambio, lo hare despacito, suavemente, ricamente,
saboreándolos en toda su plenitud.

Deseando que la humedad de tu cuerpo,

Al tener clinomania contigo,

Llevando hasta la limerencia de tu amor apasionado,

Recibas en tu excelso espacio íntimo de la procreación de la vida,

y como cromulento, mi semilla húmeda del amor absoluto.

Asi me quede en ataraxia por largo tiempo,

Y con ello volvamos a hacer el meraki a cada instante…