Si no haceis lo que digo habra paz

103 DOMINGO 18 DE MARZO DE 1984 7:00 AM APARICIÓN # 44 (NUESTRA SEÑORA; PEÑABLANCA) Desde muy temprano por la mañana, los peregrinos han ido llegando al cerro en las más variadas formas, procedentes de distintos lugares del país y también del extranjero. Dentro del Jardín, Miguel Ángel cae bruscamente de rodillas, sintiéndose el rudo golpe de sus piernas contra el duro suelo. Se persigna y besa la cruz del rosario. Su rostro toma aquella dulzura y sonrisa angelical, que sólo los que le conocen pueden apreciar bien. El tosco muchacho se convierte en un ser que irradia alegría y paz. A los pocos segundos de iniciado el éxtasis, Miguel Ángel dialoga con su Madre del Cielo. No hay parlantes, así que todo lo que se pueda captar, será por medio de una grabadora portátil. Está demás decir que en el lugar no hay luz eléctrica, por lo que los equipos que se han usado anteriormente han sido traídos desde Santiago por una peregrina y funcionan con una batería de auto. Nos dice la Santísima Virgen a través del vidente: Muchos Sacerdotes no son dignos. El mundo ya no implora misericordia. Haced penitencia, haced sacrificios y obedeced a todo lo que dice el Señor. Yo soy La Madre de los Afligidos, la Madre del Socorro, El Corazón Inmaculado del Corazón de mi Hijo Jesús. Obedeced a todo lo que dice el Santo Padre. El Rosario es la mejor arma contra el demonio. Mi corazón se entristece. Orad, rezad mucho. Llegará el fin de los tiempos. De cierto os digo, que vengo a salvar almas que van a la perdición. El Santo Padre sufrirá mucho. En diciembre de 1984, comenzará un hambre en el mundo. ¡Hay que coger la cruz para llegar a Jesús! El 12 de junio y el 12 de julio, habrá un gran prodigio en Garabandal. La subsiguiente semana será aquí. Habrá que traer muchos enfermos aquí, porque sanarán en nombre de mi Hijo. Soy la Dama Blanca de la Paz. Yo los quiero mucho. Ha llegado la hora de abrir las Tablas de la Ley. El quinto milagro será la danza del sol, igual que en Fátima. La próxima semana, el 24, que vengan muchos enfermos. Dios hará grandes mara- villas. Os pido gran humildad. Soy la Corredentora, La Salud de los Enfermos, de ricos, pobres y pecadores. Os pido gran amor al Santísimo Sacramento del Altar. Dios espera con los brazos abiertos. Ya no hay personas dignas de hacerle compañía. Muchos Sacerdotes no son dignos de tomar la Forma de Cristo en sus manos. Cuando tengáis tiempo, acompañadle. Está solito. El prodigio llegará muy pronto. Creyentes, científicos, Sacerdotes, todos verán el prodigio a 7 kilómetros de distancia, gritando: ¡Sí!, Tú estuviste aquí.

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