Si no haceis lo que digo habra paz
128 Vendrán grandes tiempos y te vendrán grandes pruebas, pero si estás en la Fe con Cristo, todo eso lo tendrás superado. No te dejes llevar por las garras de satán. Si sientes que satanás se apodera de ti, debes de rezar esta oración: ¡Oh, Jesús!, sálvame del fuego del infierno. No dejes que satanás manche mi alma; Llévame Dios, quiero ir a Tu reino. Haz que yo sea bueno Contigo, Y pide al arcángel San Miguel, que mande a satanás al infierno para siempre, Amén. Si no puedes rezar eso, di: San Miguel Arcángel, lanza a satanás al infierno. Y si lo hallas mucho, puedes decir: Jesús, líbrame del vicio. Si has caído en uno de ellos, pedid perdón y decidle a Dios: Trataré de no hacerlo más, porque nadie puede decirle a Dios: Lo juro, nunca más lo voy a hacer, porque el destino es muy grande y nadie sabe lo que depara el futuro. Si no, decidle: Voy a tratar de ser mejor y agradarte. La Señora te tira bendiciones y dice: Que Dios te bendiga. Llegará el día en que satanás se apoderará de ti. Si sigues así, la negarás. Para que no ocurra eso, tendrás que estar en oración, meditación y amor. Pero si piensas eso, rezad lo que te dije y el Espíritu Santo te iluminará, porque Dios es amor y misericordioso. Aunque seas un pecador, aunque seas lo que seas, un ladrón, un criminal, si nos arrepentimos, Dios nos perdonará, porque es amor, ¡entiendan! Qué verdad más maravillosa y esperanzadora es la que nos ha referido Miguel Ángel. En su poca cultura y en sus escasas palabras, nos ha transmitido estos pensamientos que denotan un gran conocimiento de la misericordia de Dios. En estas palabras tan bien hilvanadas, está la veracidad, ya que si hubiesen sido pronun- ciadas por un docto, se podría pensar que son tan sólo fruto de su propia meditación y capacidad intelectual. El que las pronuncie Miguel Ángel, es para nosotros una prueba más que el cielo ha escogido a este muchacho para esta misión Dios no castiga, nosotros mismos nos castigamos. Dios juzga, pero es misericordioso. Nuestra Señora dice: Hay dos caminos, el ancho y el angosto. El ancho lleno de placer, el angosto es lleno de espinas. Este es el camino que te llevará a Dios, si tú lo quieres. Este es el mensaje para mi hijo (se dirigió a un conocido periodista que estuvo presente en esos momentos, como en otros. Él creyó y facilitó muchas de las grabaciones de las cuales pudimos sacar estas referencias). En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo ¡Amén!, contestan los peregrinos. Querámoslo o no, muchos de los ahí presentes, nos ponemos en el lugar del destinatario de esas palabras que encierran una hermosa enseñanza. Entendemos que Ella ha contestado la pregunta que esa persona de seguro le ha planteado. Le ha mostrado el camino: Placer o
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