Si no haceis lo que digo habra paz

107 del Cielo, fue una prueba más de su deseo de redimir almas y no un signo sacrílego ni una prueba de fraude, como se sostenía. Luego de un viaje, que no deja de ser largo, la mayoría de nosotros llegó a Ocoa con antelación a la hora fijada. Pero el vidente, procedente de Santiago, arribó al lugar con bastante atraso. La razón muy simple: habían errado el camino. Llega pasadas las 6 de la tarde y a los pocos minutos cae en éxtasis. Luego comienza a realizar una serie de desplazamientos, corriendo a una velocidad abismante, considerando el hecho que su mirada estaba clavada en el cielo. Las malas condiciones del camino hace aún más asombrosa su carrera y así lo entienden los que ven aquel verdadero prodigio, ya que en ningún momento mira lo que sus pies van pisando. Este es un terreno que él no conoce. Las largas y polvorientas calles de Ocoa las recorre como si siempre las hubiese cono- cido. A veces su carrera era un correr zigzagueante hacia atrás (retrocediendo) a una veloci- dad increíble. Junto a él se desplaza una camioneta con periodistas que registran la velocidad de despla- zamiento del vidente, que para asombro de todos nosotros resulta ser de 22 kilómetros por hora. Este hecho naturalmente imposibilita la grabación del diálogo del joven con la Santísima Virgen. El rezo del Rosario se coreó una y otra vez en voz alta, mientras el vidente en éxtasis se desplazaba. El asombro y la emoción suscitada ante estos hechos contrastan con la dura realidad. El hombre y su extraño modo de pensar pusieron la nota triste en esta jornada. Los presentes querían confesión y comunión, para lo que naturalmente se requería de una capilla y ahí radicó todo el estupor y dolor de los fieles. La capilla de la Villa Prat, en Ocoa, se hallaba cerrada y el padre Ferruccio, Párroco de Romeral, Hijuelas y Ocoa, no permitió abrirla. Y entonces sucede lo increíble. Es la Santísima Virgen la que dice: ¿Por qué se encuentra cerrada la casa de mi Hijo? ¿Quién manda en el mundo, Dios o los hombres? (El hombre no manda, ciertamente, pero qué de barreras le pone al caminar de Dios). Es la misma Santísima Virgen la que dispone entonces que se confiese a la gente en la plazuela del pueblo. Le pide también al padre Contardo que al día siguiente, Domingo primero de abril, oficie la Santa Misa en la capilla. El sacerdote se confunde porque no tiene dónde hacer la misa ni con qué. La Virgen María le dice: El Padre (Dios) es más poderoso que el hombre. Qué espectáculo más hermoso daban los cientos de creyentes que hacían fila para poder confesarse. Parecía que nada ni nadie les quitaría la oportunidad de crecer y de renacer en la Fe. De hecho, muchas de esas personas viajaron muchos kilómetros para poder estar con la Madre de Dios, a quien seguían a todas partes. Entre los presentes se encontraba la conocida animadora de televisión, Sra. Gabriela Velasco, quien leyó en voz alta y para todos los fieles, una carta del párroco, donde decía que no abriría la capilla. Pero no se nos pudo privar de presenciar hechos maravillosos, como el momento en que el arcángel San Miguel le trae la Comunión visible al vidente ( 15 ). A su lado estaba un 15 Tiempo después Miguel Ángel comentó que sólo los sacerdotes tienen el poder de consagrar. Los ángeles, siendo seres perfectos, no lo pueden hacer. El vidente nos mencionó además, que el Arcángel San Miguel le había traído la hostia consagrada tomada de alguna Iglesia del mundo que él desconocía.

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