Si no haceis lo que digo habra paz

307 He venido a Peñablanca a pedir la Consagración de todo el mundo a mi Inmaculado Corazón y he venido a pedir los Primeros Sábados del Mes que he establecido en Fátima, porque Yo soy la Señora del Rosario. He venido al mundo a dar una oportunidad. Jesús quiere que se me quiera, pero he visto que no se me quiere. Mi Inmaculado Corazón se entristece, porque hay muchas ofensas a mi Hijo, Vuestro Señor. Demasiado se le está ofendiendo. El cine, la televisión, las modas, todo. Hoy el infierno cuesta ochenta pesos. ¿Por qué te pusiste triste?, le pregunta Miguel Ángel. Hoy día me hicieron unas preguntas, diciendo que un sacerdote dijo que Usted estaba en Gloria arriba y no podía llorar y yo le dije lo que me había dicho Usted el otro día, entonces, se quedó callado… mmm… sí… claro. ¡Alabado, Alabado, Alabado sea Nuestro Señor Jesucristo! La Señora pide que se comience a construir su Jardín. Hay que llenarlo con tierra de hoja, dice Miguel Ángel. ¡Ah!, ¿les digo ahora, a todos?… mmm… Como La Señora pidió la gruta de Massabielle para el 30 de octubre, se necesitan piedras rocosas grandes. ¿Qué dijeron?, pregunta Miguel Ángel a los fieles. ¡Ah!, me están diciendo pidión. Dígale Usted mejor, ¿ya?… mmm… sí. Hicieron una maqueta. Traje incluso una revista que sale la gruta, para que la hagamos. ¡Oh!, yo digo hagamos; qué patúo, no hago nada… mmm… La Señora dice: ¿Los misioneros qué dicen?… mmm… no digan eso, porque aquí no se pide dinero. Quien pueda traerlo, para que esté hecha la gruta, cuando venga aquella sorpresa grande… hum… sí. ¿Sabe?, aquí lo están hallando un poco ridículo. Dicen que Usted no puede pedir eso… ¿Y por qué no lo dice Usted misma? Eso es lo que quiere la gente, que Usted se les aparezca. Nuevamente, ¿quién va a traer? Haced lo que os digo y para el 30 de octubre habrá un gran milagro, pero ese no es el gran… El gran milagro va a venir ocho días antes. Tienen que decirlo y traer enfermos. No vayan a pensar que es ese, porque capaz que digan que es el Gran Milagro. ¡Ay!, que llegue luego, que llegue luego ese día… hum… Sí, por supuesto… sí… Él no va a querer, yo sí … Sí, yo digo que todos, todos queremos. La Señora dice: ¿Desean sacrificarse por los pobres pecadores? Los fieles responden, ¡Sí, Madre!, al unísono. Mañana verán el rostro de Nuestro Señor estampado en una sábana. Mañana los espero a las 6 de la tarde. Nos vemos, Señora. ¡Adiós! Miguel Ángel sale del éxtasis y rezamos Bendita sea tu Pureza, en un coro de 20.000 personas.

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