Si no haceis lo que digo habra paz
329 Porque Yo soy el que recibí más golpes por todos ustedes. Mis llagas representan al ladrón, al blasfemo, porque todo el mundo iba pasando por la mente cuando estaba clavado en la cruz. Miguel Ángel se queja, respira profundamente y dice: ¡Padre! perdónalos, porque no saben lo que hacen. ¡Padre! (grita fuerte). Luego, uno de los doctores dice: Está bien; el pulso está normal, tal vez un poquito acelerado. Respira dificultosa y profundamente. Se ha golpeado la cabeza con fuerza contra el suelo. Luego habla en otro idioma; tose. Myriam… Myriam… Su cuerpo cae totalmente. Tiene los pies extendidos. Vemos la postura de Jesús puesto en el sepulcro. Los ojos cerrados, sin muestra de vida alguna. En un momento, pierde todos los signos de vida, sin embargo, su pulso es normal. A uno que está junto a él, le dice: Señor. Repite conmigo. Señor, por Tus llagas he sido salvado, trataré de no ofenderte nunca. Te lo pido, dame fuerzas en el nombre de Jesús (maravillosa oración). Su cuerpo está fláccido, sin fuerzas. En momentos tose y se ahoga. Pide que lo levanten. Susurra cómo deben levantarlo. Pero así no, dice Miguel Ángel. Luego agrega: Toma mis manos con los brazos extendidos en forma de cruz. Ha sido levantado y nuevamente ha caído al suelo. Los peregrinos cantan ¡Perdón, oh, Dios mío! Logran levantarlo y permanece unos minutos y pide que lo bajen. Es este el momento cuando se obtienen unas fotografías asombrosas, en que lo único que se ve iluminado es el cuerpo en vilo del vidente. Los peregrinos, con mucha emoción, recuerdan en esta oscura noche la Pasión de Nuestro Señor. Luego se escucha decir: Si no creen en este, luego vendrá uno más y luego el último y será dicho ocho días antes. El último es la danza del sol y deja establecido definitivamente el pozo. Miguel Ángel se persigna y al rato canta el Ave María de Schubert en otro idioma y luego en castellano, canta: “Ave María, sólo me queda esta plegaria en el silencio de la Iglesia. Imagino que todos se fijan en mí. Quién es, qué hace, qué busca ese hombre al pie del altar. ¡Oh!, Ave María, etc.” Gracias, dice con voz suave. ¿No ve?, ya lo aprendí. La Señora dice: Que ya está listo el milagro, lo han visto. La Señora dice: He mandado a hacer que pongan olivos en mi jardín y aún no se cumple. Para el lunes deben estar colocados todos los olivos. ¿Cuántos son?, pregunta Miguel Ángel… mmm. Yo estoy contento con el milagro, pero no lo vi, yo solamente veo que… ¿qué fue?, pregunta a Óscar sin mirarlo.
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