Si no haceis lo que digo habra paz
333 Al vencedor le daré el maná escondido y una piedra blanca y en ella un nombre nuevo que sólo él lo sabrá. Yo soy El Corazón Inmaculado de la Encarnación del Hijo de Dios, la Dama Blanca de la Paz. ¡Pobre Papa! Luego, la voz de Miguel Ángel nos saca a todos de la concentración en que estábamos escuchando este mensaje, que si bien es cierto repite lo básico, su contenido encierra palabras y aseveraciones más fuertes y algunas palabras nuevas, que no se nos había dicho. Una inscripción debe de ir arriba de la puerta de la capilla, en latín. ¿Cuál?, pregunta Miguel Ángel. Al Papa se lo vas a dar en latín. Lo haré… sí. Luego se sabrá que es: Et Portae inferi; non prevalent adversus eam. Luego, retornando a un tono reposado y serio, dice: Se verá también la gran bestia volando sobre el cielo y gritando a alta voz y tirando blasfemias contra su Creador. Luego se verá también, San Miguel Arcángel tirando aquella bestia, que vomitaba sobre la faz de la tierra y hacía estallar un gran fuego y perecer a mucha gente, porque no lo adoraba. El que tenga oídos, escuche la voz y los mensajes que le da el Salvador por intermedio de su Madre Santísima. La bestia que se verá es un gran avión, el vómito son misiles atómicos y con gran voz, se creerán los reyes del mundo, dominando todo y todos dirán: Quién como la bestia, quién como Rusia, que no se le puede hacer la guerra. Haced las preguntas necesarias, a las 7 de la tarde, y serán respondidas todas. Siempre después de estos mensajes todos quedamos con un amargo sabor en la boca. No nos gusta saber lo que viene por el hombre y para el hombre, pero nos están advirtiendo para que nos preparemos en Cristo Nuestro Señor. A la tarde traigan grabadoras, porque la Señora va a dar el quinto mensaje y último. Si no entienden un mensaje, pedidle el significado y Ella se los dará, para Gloria del Padre Todopoderoso (Miguel Ángel se persigna). Yo no me sé el Padre Nuestro en latín… ¡ah! No tengáis miedo en recibir la Santa Comunión de rodillas, ni tampoco tengan miedo de hacer el ridículo con el velo sobre la cabeza y poned todos el pez en las puertas de sus casas, sin tener miedo, porque ha llegado la lucha decisiva: Los que están con Dios y los que están contra de Él. Hasta la tarde. ¡Adiós, Señora! Miguel Ángel sale del éxtasis y todos rezamos Bendita sea tu Pureza. Nota: Se supo después, que la Santísima Virgen pidió que se colocara la siguiente inscripción en latín sobre la puerta de la capilla. El lector podrá comprobar, al ser traducida dicha inscripción, que es un pasaje de San Mateo, capítulo 16, versículo 18, cuando Jesús confirma a Pedro como jefe de la Iglesia. De ahí, creemos nosotros, la importancia que fuera dado al Papa en ese idioma, como una prueba más de la presencia de Nuestra Señora.
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