Si no haceis lo que digo habra paz
312 MARTES 18 DE SEPTIEMBRE DE 1984 8:00 PM APARICIÓN # 205 (NUESTRA SEÑORA; PEÑABLANCA) La lluvia no ha cesado, por lo que el terreno, de naturaleza gredoso, es un verdadero lodazal. Nos hemos tenido que refugiar en las ramadas, es decir, en los locales que han instalado los comerciantes a la orilla del camino. La lluvia cae a torrentes y esto nos recuerda que la Santísima Virgen habló de grandes lluvias que vendrían sobre la región. Miguel Ángel ha ingresado al Jardín y pese a la lluvia y al estado del suelo, está hincado, con su cabeza doblada hacia atrás y sus ojos fijos en el cielo. Se persigna, como es habitual. Ahora dice: Mucha gente ha votado por Jesús Redentor y María Corredentora, le dice a la Santísima Virgen, refiriéndose al resultado de esa especie de votación que se ha hecho para elegir el nombre de la futura capilla. Enseguida gira, con la intención de salir del Santuario, llevando en sus manos el atril con el rostro de Nuestro Señor, aquel maravilloso sudario que se estampó en aquel pedazo de tela en forma espontánea, luego de aquella luz intensa que vio Miguel Ángel. Muestra este suda- rio a los fieles y sigue en dirección hacia donde está la cruz. Enseguida comienza a dar los resultados de la votación con los nombres de la capilla. Ha resultado ganador el nombre Dama Blanca de la Paz con 210 votos; Jesús Redentor y María Corredentora, 153 votos. Miguel Ángel canta el Ave María, luego reza el Credo y dice: Yo soy la Llena de Gracia, El Inmaculado Corazón de María, el que los conducirá a Dios. Luego, Miguel Ángel exclama: Señor, yo no soy digno que entres en mi casa, pero una palabra tuya, bastará para sanarme. Jesús, Jesús, consagra mi cuerpo y mi alma. Qué hermosas palabras, que si bien es cierto forman parte de una cita bíblica y de una oración eucarística, dichas aquí, bajo estas condiciones por el vidente, anudan la garganta de los que estamos escuchando. Dicho esto Miguel Ángel se arrodilla y dice: Gracias, gracias. ¡Adiós!, y sale del éxtasis. Nota: Debido a los problemas de los parlantes no hemos podido grabar nada de los mensajes, ni de una parábola que nos ha dicho Nuestra Señora, sin lugar a dudas, la más extensa de todas las que nos ha referido. Gracias al hecho que el padre Contardo se encontraba siempre junto Miguel Ángel y a su amabilidad, hemos podido saber algo de aquello. Dice el sacerdote: El mensaje para toda la humanidad fue principalmente que nos prepa- ráramos con oraciones para la segunda venida de Cristo, que está muy pronta, más pronta de lo que uno cree. La parábola consistió en lo siguiente: Eran tres hermanos; el primero había convidado a unos amigos para una cena. Le dijo al segundo y éste puso dificultad y el tercero, mucha más dificultad todavía, porque él no admitía que con la plata ganada con el sudor de su frente, otro
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