Si no haceis lo que digo habra paz

513 Impresionante es presenciar las muestras de Fe de muchos peregrinos lisiados sobre sus sillas de ruedas, ciegos, asmáticos, etc. … un panorama ciertamente conmovedor, para un día que nos depara grandes emociones. Miguel Ángel se encuentra en el sector de la capilla y ha caído ya en éxtasis. Comienza a sentir las primeras manifestaciones de dolor, esta vez en su costado derecho. El fenómeno de los estigmas, que en otras oportunidades hemos presenciado, se ha intensificado esta vez, con la herida visible del costado. El vidente, siempre con la mirada al cielo, ha caído de rodillas frente al arco del Jardín. La abertura en el costado es visible y notoria. Su actitud es de profundo sufrimiento. Se persigna y jadeante, dice: He aquí el milagro. Enseguida, Miguel Ángel muestra a los sacerdotes la herida del costado. Ahora cambia a una voz femenina y dice: He aquí el milagro de amor que os da Nuestro Señor. Se ha levantado la polera y ha dicho: Las personas que no crean, que duden o incrédulas, que den su testimonio. Un médico, que nos dé una explicación de la herida. De a dos un grupo grande de personas ingresan al Jardín y van dando sus testimonios, que en algunos casos son conmovedores. Miguel Ángel, jadeante y quejumbroso, dice: Nuestra Señora y Nuestro Señor, también pide que entren 10 enfermos primero. Rayos de bendición para todos ustedes. Los enfermos, visiblemente emocionados, dan las gracias. Dice Nuestra Señora: Un rayo amarillo, para los enfermos. Son especialmente para los enfermos con Fe y Nuestro Señor se encargará de los demás. Miguel Ángel pide que los sacerdotes bendigan a los enfermos y luego sostiene un diálogo más sereno con la Santísima Virgen. Mientras ello ocurre, cientos de rayos luminosos caen sobre el Santuario, iluminando especialmente a los enfermos. La gente está visiblemente impresionada. Ahora nuevamente con un notorio cambió en su voz, a una femenina con acento español, Miguel Ángel dice: Pedidle al Padre, porque Jesucristo os dijo: Si tenéis Fe, vuestros enfermos serán sanados. Enseguida Miguel Ángel comienza a indicar, en diferentes lugares del Jardín, las botellas que contienen agua, las que levanta y da a beber a los enfermos. En esta oportunidad, fue bendecido especialmente un cojín blanco para los enfermos, de propiedad de María Luisa Paredes Z. Después de un rato, se le escucha decir: Muchos de ustedes sanarán antes de fin de año. Tened confianza en Dios, Vuestro Padre. Si os convertís de corazón y dejáis de ofenderlo, Él os premiará vuestra Fe. Muchos de ustedes sanarán, si está en la voluntad del Señor. Nuestro Señor os dice, que va a hacer un gran prodigio si todos oran juntos; el Padre Nuestro, tres Gloria y una alabanza al Señor, tomados de las manos. Miguel Ángel reza así: Te pido por toda la humanidad y te pedimos, humildemente, por los enfermos, hoy, en este día. Hágase tu voluntad y no la nuestra. Enseguida, pide a tres sacerdotes que se encuentran en el lugar, bendigan una cruz, la cual sanará a los que tuvieran Fe.

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