Si no haceis lo que digo habra paz
517 Me senté a su lado y, en segundos, se quedó dormido, como en un profundo sueño. Rosita, pensando que efectivamente se había quedado dormido, me sugirió que lo dejáramos descansar, pero pensé que Miguel Ángel nunca demuestra cansancio. De hecho, juntos hemos estado en largas jornadas luego de las cuales quedo extenuada y él como si nada hubiese pasado. De pronto, me percaté que su cara tenía una expresión distinta, que para definirla, diría angelical, de una gran dulzura y le dije a Rosita: él no está durmiendo. Nos quedamos a su lado, y luego de algunos minutos despertó y nos comunicó que había entrado en un profundo sueño y que había tenido visiones de grandes calamidades y tragedias que ocurrirán y agregó: Fue muy impresionante. Después de eso, nos dispusimos para asistir a la vigilia pedida por el ángel. DOMINGO 20 DE OCTUBRE DE 1985 MEDIANOCHE APARICIÓN # 388 (EL ÁNGEL DE LA PAZ; PEÑABLANCA) Son las 10 de la noche y vamos subiendo el Monte Carmelo, en compañía de Miguel Ángel y algunos amigos. Al llegar al Santuario nos encontramos con el padre Contardo que está confesando a la gente, según lo pedido por el ángel para antes de su llegada, prevista para las 12 de la noche. El número de peregrinos que están presentes son alrededor de cuarenta. Cuando faltan pocos minutos para las 12 de la noche, el padre Contardo se saca sus ornamentos de Confesión y se apresta para ingresar a la capilla. En esos momentos, Miguel Ángel cae bruscamente de rodillas en la puerta de la capilla, e inicia el rezo del Credo, seguido por todos los ahí presentes. Luego dice: Daos el saludo de la paz. Se incorpora, avanza y se arrodilla a los pies del Altar. Ahora dice: Luis y María Luisa también. Luego de unos segundos dice: Podéis entrar a la capilla. Ahora canta Shalom en hebreo y nuevamente repite: La paz; Luis y María Luisa ( 83 ). Tras unos segundos de silencio, dice: El ángel, con un copón grande, está en medio del Arca de la Alianza y algo blanco está dejando. No sé lo que puso. ¡Arrodillados todos! Comienza ahora a cantar con una entonación como gregoriana. Está haciendo una hermosa alabanza al Santísimo Sacramento. Luego dice: Alabado sea el Señor Jesucristo. Bendito y Alabado sea el Señor Jesucristo. Vivo estás aquí en la Hostia y nosotros te adoramos y los ángeles del cielo. Gloria a Dios en las alturas, paz a los hombres que aman al Señor (todo cantado). ( 83 ) Luis y yo éramos amigos, pero estábamos distanciados por problemas personales. De ahí la insistencia del ángel en nuestra reconciliación.
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