Si no haceis lo que digo habra paz

522 El sol brillaba como nunca y entre decenas de estandartes, se destacaba el anda de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, toda adornada de blancas flores. Para esta ocasión, se había ataviado con sumo esmero la Imagen, vestida de blanco y con una gran capa de terciopelo azul, toda recamada de oro. Llevaba, además, un rosario de filigrana de plata al cuello y las piedras de la corona centelleaban notoriamente, como nunca se había notado en ocasiones anteriores. Este hecho fue observado y atestiguado por decenas de fieles. Llegamos a la cima del cerro, a la hora exacta de la aparición. El avanzar hacia el Jardín se hizo realmente imposible por la cantidad de gente que se dio cita en el lugar, por más esfuerzos y órdenes que se daban, todo era inútil. En esos precisos momentos, se anunció la llegada de la Santísima Virgen. Se inicia la aparición con el rezo del Padre Nuestro y Miguel Ángel mira radiante hacia el olivo. Alza su mano y hace como que toma algo. El vidente dice que la Virgen bendecirá los objetos religiosos. Enseguida canta el Ave María, para después persignarse y hacer una genuflexión. Luego, reza el Gloria. Ha pedido, Miguel Ángel, que no se le acerque el micrófono, hasta que no sea el momento. Tras una pausa, se escucha: No os avergoncéis nunca. Os di un mensaje el 12 de junio del año 1985. Os repito nuevamente: El mundo no cesa en ofender al Señor. Je suis l´Immaculée Conception. Muchos hijos no respetan a los padres y muchos padres no respetan a sus hijos. No ofendáis al Señor, no crucifiquéis más a mi Hijo. No puedo sostener el brazo de mi Hijo, porque los pecados son muchos y la copa está llena. La caridad comienza en casa; no os alejéis de vuestras familias; aún, acercaos más. No seáis hipócritas; primero está el deber y luego lo demás. Miguel Ángel le dice a la Santísima Virgen: Señora mía, tengo bastantes cartas que me mandan de otros países. Después de este corto diálogo, se reza solemnemente la Consagración de Chile al Corazón Inmaculado de la Encarnación del Hijo de Dios; en oleadas de voces se van repi- tiendo las frases. Esta Consagración fue redactada por el padre Contardo y aprobada por Nuestra Señora. Le rezaron más de 30.000 personas al unísono y luego de leída, se escucha al vidente decir: Quiero que cures algunos enfermos. A continuación, reza el Ave María. Luego se persigna y dice: Yo soy … para Chile y para los demás países, esa es la paz. Si no se atiende a las súplicas, Dios va ha herir al mundo, como no hay ejemplo. No he venido al mundo a amenazaros, sino a daros una oportunidad. Segundos después, Miguel Ángel hace un gesto, como de estar presenciando algo espantoso. Después de pasado un momento su cara se relaja, y dice: Nuestra Señora pide que alcen a los niños. Los padres elevan a sus hijos para ser bendecidos por la Santísima Virgen. Se contempla en estos momentos, un hermoso y sobrecogedor espectáculo, tanto, que la emoción embarga a muchos corazones.

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