Se hace tarde y anochece

16 LA LIBERTAD RELIGIOSA NICOLAS DIAT: En 2008, en la majestuosa cripta del santuario de la Inmaculada Concepción de Washington y en presencia de cuatrocientos obispos norteamericanos, decía Benedicto XVI: «El respeto por la libertad de religión está profundamente arraigado en la conciencia americana, un dato que de hecho ha favorecido que este país atrajera generaciones de inmigrantes a la búsqueda de una casa donde poder dar libremente culto a Dios según las propias convicciones religiosas». ¿Cree usted que los Estados Unidos son un modelo de libertad religiosa que deberían imitar las demás naciones? CARDENAL ROBERT SARAH: Algunos interpretaron así las palabras de Benedicto XVI. Creyeron que podían hacer de Estados Unidos el arquetipo de sociedad abierta cuyo modelo debía exportarse —o imponerse— al mundo entero. No cabe duda de que olvidaron la frase que precede a la que acaba usted de citar, en la que el papa recordaba: «Vuestra gente [...] tiene confianza en Dios y no duda en introducir en los discursos públicos argumentos morales basados en la fe bíblica». De este modo, Benedicto XVI quería recordar los fundamentos objetivos de una auténtica libertad religiosa. La gran tentación de las sociedades políticas consiste en olvidar que ni su fundamento ni su fin último residen en ellas mismas. Un Estado nunca puede aspirar a la perfección, nunca podrá prometer una felicidad total ni una libertad absoluta. Las sociedades terrenales siempre serán incompletas. Creo que conviene recordar esto a los cristianos: nuestra esperanza no es de este mundo. El Reino de Dios no llegará nunca a instaurarse en esta tierra. Cuanto más se olvide de esto una sociedad política, cuanto más proclame ser el horizonte infranqueable, más totalitaria será. En este sentido, me gustaría recordar con contundencia lo que decía Benedicto XVI: existe un hondo parentesco entre el espejismo comunista, la locura nazi y el liberalismo democrático tal y como lo conocemos hoy en día. Hay varios puntos fundamentales en los que coinciden estas tres ideologías. Pretenden lograr la felicidad del hombre, se quiera o no se quiera. El comunismo

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