Porque soy catolico

de humanistas en el mundo. Un optimista puede decir que el humanismo se convertirá en la religión de la próxima generación, del mismo modo que Comte afirmó que la Humanidad sería el Dios de la próxima generación. Y la pregunta es cuál será la religión de la generación posterior a ésa, o de todas las generaciones venideras hasta llegar incluso al fin del mundo. El humanismo, tal y como lo entiende el señor Foerster, tiene una dimensión de gran valor y sabiduría. Está recogiendo las piezas; todas las piezas. Lo que se hizo con anterioridad no fue más que una destrucción a ciegas de las mismas y una posterior selección aleatoria y superficial; como si unos niños hubiesen roto una vidriera y después hubiesen hecho con algunos de sus pedazos unas gafas de colores; las gafas de color rosa del republicano, o las gafas de color verde o amarillo del pesimista y el decadente. Pero el humanismo aquí declarado se agachará a recoger todo lo que pueda; por ejemplo, sería un gran gesto agacharse para recoger esa joya que es la humildad. Foerster entiende, a diferencia de los siglos XVIII y XIX , que no lo supieron entender, el tema de la humildad. Matthew Arnold, que planteó algo parecido, a lo que llamó «Cultura de mediados del siglo XIX », intentó preservar la castidad; a la que denominaría, de una forma bastante irritante, «pureza». Pero antes de que consideremos la cultura o el humanismo como sustitutos de la religión, hay una cuestión muy sencilla que debe plantearse con una metáfora de corte casero. El humanismo podría intentar recoger todas las piezas; pero ¿podría luego unirlas? ¿Dónde está el pegamento que hace que la religión tenga ese carácter colectivo y popular, que evita que se caiga a pedazos, convirtiéndose en una escombrera de gustos y grados de corte individualista? ¿Qué es lo que evita que un humanista desee la castidad sin humildad, o que otro desee la humildad sin castidad y otro la verdad o la belleza sin su correspondiente complemento? El problema de dar con una cultura y una ética duraderas radica en encontrar la forma de conseguir que las piezas se mantengan relacionadas, como lo hacen las piedras que forman un arco. Y sólo conozco un método que proporcione esa solidez: uniendo territorios y épocas con sus arcos gigantescos, y llevando a todos los rincones el río del bautismo sobre un acueducto romano. Página 119

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