Porque soy catolico

Puede que haya, y que haya existido siempre, un tipo de teología mezquina y árida, o que carecía del menor consuelo para los humanos. Pero afirmar que cualquier ciencia puede resolver todo tipo de problemas sin necesidad de desarrollar un lenguaje científico y un sistema necesariamente metódico y frecuentemente minucioso, sólo demostraría que quien así lo afirme es un necio que jamás supo resolver un problema. Dejando a un lado las teorías de la Iglesia diré que si Cristo se hubiera quedado un tiempo indefinido en la tierra, tratando de hacer que los hombres se amasen los unos a los otros, le habría sido necesario emplear ciertas pruebas, utilizar cierto tipo de método para establecer y diferenciar claramente el amor verdadero del amor falso; emplearía algún método para establecer distinciones entre aquellas tendencias que pueden arruinar el amor y aquellas otras que lo renuevan y fortalecen. No es posible tener éxito en algo, incluso en el amor, sin que exista un proceso mental. Todo esto resulta tan evidente que parecería innecesario repetirlo; sin embargo, las flagrantes contradicciones que se pueden apreciar en la actualidad le obligan a uno a repetirlo incesantemente. Porque esa pobreza mental nos rodea por todas partes como un desierto inmenso. A veces, el espíritu de ese Artículo de Siempre hace alusión a la «Nueva Religión», pero siempre de una forma bastante tímida y remota. Sugiere que habrá unas creencias mejores y más amplias, aunque raras veces mencione las creencias sino solamente lo de la extensión. Nunca hay en él, ni por asomo, algo que recuerde ligeramente al auténtico innovador. Porque el auténtico innovador debe ser, en cierto sentido, un legislador. Podemos adoptar una postura hostil diciendo que el revolucionario siempre termina convirtiéndose en un tirano. O bien podemos hacerlo de una forma amistosa afirmando que el reformador debe regresar a la idea de la forma. Pero, en realidad, cualquiera que desee fundar una nueva religión, aunque sea una religión falsa, tiene que poseer una cierta responsabilidad. Ha de hacerse responsable al afirmar que ciertas cosas estarán permitidas y otras prohibidas; que existirá un cierto plan o un determinado sistema que ha de ser defendido de la destrucción. Y todo aquello que de alguna manera quiera parecer una nueva religión ha de mostrar esa cualidad y sufrir esta desventaja. La Ciencia Cristiana está basada teóricamente en la paz y, hasta cierto punto, en el rechazo a la confrontación. Pero, pese a ello, no han sido pequeños los rifirrafes que se han producido en sus congresos, y las relaciones existentes entre los sucesores de la señora Eddy no han sido precisamente muy pacíficas; y no lo digo como una pulla, sino más bien como un homenaje; con lo cual quiero afirmar que la gente que formaba ese movimiento religioso trataba de fundar una auténtica religión. Para la Ciencia Cristiana es un cumplido decir que ellos también tuvieron sus pruebas y sus credos, sus anatemas y sus excomuniones, sus encíclicas y sus inquisiciones. Pero es un cumplido que la Ciencia Cristiana difícilmente podrá utilizar contra los cristianos. El comunismo, incluso en su forma final de materialismo marxista, posee algunas de las cualidades de una fe sincera y novedosa. Al menos tiene una de sus características: que expulsa Página 141

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