Porque soy catolico
H XV Sobre la novela comprometida e podido ver que el señor Patrick Baybrooke y otros comentaristas que escriben en el Catholic Times han expuesto el tema de la propaganda católica en novelas escritas por autores católicos. Esa misma expresión, que todos nos vemos obligados a utilizar, resulta un tanto incómoda e incluso falsa. Un católico que incluya el catolicismo en una novela, en una canción o en una composición poética, o en cualquier otra cosa, no está comportándose como un propagandista, sino que sencillamente está siendo católico. Todo el mundo comprende esto al observar el entusiasmo que pueda inspirar cualquier cosa. Cuando decimos que el paisaje y la atmósfera de un poeta están llenos del espíritu de Inglaterra, no pretendemos decir que el mencionado poeta estuviera creando propaganda antigermana durante la Gran Guerra. Lo que queremos decir es que si se trata de un auténtico poeta inglés, su poesía tendrá que ser inevitablemente inglesa. Cuando decimos que ciertas canciones están llenas de espíritu marinero, no queremos decir que el poeta esté reclutando jóvenes para la Armada, ni siquiera contratando hombres para la marina mercante. Lo que queremos decir es que ese poeta ama el mar, y que por tal razón quisiera que ese amor fuera compartido por otras personas. Personalmente estoy totalmente a favor de la propaganda, y una gran parte de lo que escribo es deliberadamente propagandístico. Y aun cuando no llegue a serlo del todo, probablemente estará plagado de implicaciones de mi religión; porque eso es lo que yo entiendo por pertenecer a una religión. Del mismo modo que el chiste de un budista, en el supuesto de que existiera alguno, sería un chiste budista; y una canción de amor de un metodista, sería siempre una romántica canción metodista. Los católicos han dado pie a más chistes y canciones de amor que todos los calvinistas y budistas juntos. Y eso es debido a que, con todos los respetos, tanto los calvinistas como los budistas no tienen una religión tan extendida como los católicos. Pero cualquier cosa que deseen expresar se encontrará tintada en sus propias convicciones; algo que resulta de mero sentido común. Sin embargo adivino muchas dificultades cuando se trata exclusivamente de la Iglesia católica. Para empezar, lo que acabo de decir podría ser cierto con cualquier otra religión; pero gran parte del mundo moderno está lleno de una religiosidad que tiene mucho que ver con prejuicios inconscientes. El budismo es una auténtica religión o, en todo caso, una filosofía muy real. El calvinismo fue una religión que disponía de una teología real. Pero la mentalidad del hombre moderno es una curiosa mezcla de calvinismo decadente y de budismo diluido, y expresa su filosofía sin saber muy bien lo que es. Nosotros decimos lo que nos resulta natural decir, pero sabemos lo que Página 176
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