Porque soy catolico
más que una forma de debilitar el sistema armamentístico que llevaría al desastre total en caso de guerra. Pero de lo que se trata aquí no es del desacuerdo que yo pueda mantener con ellos, sino de si alguna vez ellos han discrepado entre sí. Y al menos una cosa es cierta, que en cuestiones de esta índole ellos discrepan entre sí mucho menos de lo que lo hacen los católicos. Aunque la cultura tradicional y el símbolo sacramental del vino sirva para que la mayoría de los católicos se muestren moderados a la hora de consumir alcohol, ha habido muchos católicos eminentes que fueron abstemios en un grado que difícilmente podría llamarse moderado. El gran cardenal Manning advertía a sus seguidores contra esta idea mantenida en privado, del mismo modo que lo hacía en el caso de otras excentricidades radicales, como la de hacerse amigos de Stea d [82] o defender al Ejército de Salvación. No se trata aquí de afirmar si tenía o no razón. El tema es que él pensaba que tenía razón cuando todo su mundo religioso pensaba que estaba equivocado, y así se lo dijo en más de una ocasión. Usted no lograría encontrar a nadie en el Ejército de Salvación que defendiese el consumo del güisqui irlandés y sí podría encontrar personas como el padre Matthe w [83] que lo denunciasen. Según mi experiencia, los mismos hechos podrían apoyarse de mil maneras. El otro día el deán Inge observaba que el señor Belloc era el único individuo de Inglaterra que creía que Dreyfus era culpable. Podía haber añadido que también era casi el único hombre de Inglaterra que sabía algo sobre los hechos del caso que fueron suprimidos en los periódicos ingleses. De todos modos, la frase es una exageración, porque varias personas, como Rusell Presidente del Tribunal Suprem o [84] , a quien no se le puede tachar de incompetente para juzgar las pruebas, y el viejo Harry Laboucher e [85] , al que tampoco se le puede acusar de militarista, eran de la misma opinión. Pero, resumiendo, sí es verdad que el señor Belloc, en su etapa juvenil, se encontró prácticamente solo en casi todas las reuniones en las que los ingleses discutían el tema. En realidad no fue la única ocasión en la que se encontró solo, según yo tengo entendido. Podría dar una lista tan larga como este artículo de temas en los que se mostró opuesto a la opinión de todo el mundo y, en algunas ocasiones, también a la mía. Para mencionar tan sólo algunos puntos, más o menos importantes, probablemente fue la única persona que afirmó que Lewis Carrol había sido sobrevalorado; que Byron y Longfellow no lo habían sido; que el ingenio es superior al humor; que la revista Ally Sloper’s Half-Hollyday era superior a Punc h [86] ; que Jaime II se destacó por ser un patriota inglés sospechoso de tener influencias francesas; que el crimen político irlandés podía ser realmente tan excusable como el crimen político ruso (del viejo régimen); que la mitad de la moderna legislación a favor de la mano de obra es parte de un plan para restablecer la esclavitud pagana; que una de las señas de identidad de la cultura protestante era tolerar el catolicismo, y que la de la cultura católica era perseguirla; y muchas otras opiniones que podrían considerarse fácilmente como paradojas. E hizo tales afirmaciones porque es católico; lo que no quiere decir que otros católicos dijeran lo Página 209
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