Porque soy catolico
esa clase se está construyendo en lo que la fantasía del señor Belloc llamó una vez «puerto en el norte»; y su amplitud y su escala serían ciertamente cosas vanas si no sirvieran para recordarnos dos verdades esenciales: la primera, que los límites de la fe aún pueden ser ampliados en este mundo, y, lo que es mucho más importante, que la fe amplía el mundo por sí misma, que el mundo sería pequeño sin ella. Página 356
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