Porque soy catolico
de teología que consideren que la teología es un fastidio. Con respecto a los jóvenes filósofos, he conocido a muchos de ellos a una edad en la que eran mucho más aficionados a filosofar que a aprender filosofía. De igual manera, le puedo insinuar que existen otros jóvenes agitadores, de esos que parecen agitar tan extrañamente a los eclesiásticos y a los periódicos modernos, que parecen tener una animosa preferencia espontánea por decir cosas más que por pensar en lo que están diciendo. ¿Es necesario que nos afanemos con toda esta agotadora repetición de argumentos sobre la perfectamente obvia dificultad de hacer que los jóvenes trabajen cuando lo que en realidad quieren es jugar, antes de que comencemos a discutir el problema más serio de las relaciones de la doctrina con la mente? Es natural que un chico encuentre que la Iglesia es un plomo. Pero, ¿por qué estamos obligados a tratar algo natural como si fuera superior a lo sobrenatural, como si fuera algo no meramente sobrenatural sino, en sentido estricto, sobre-sobrenatural? Página 383
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA0OTIx