Porque soy catolico

D VII Una nota sobre religiones comparadas (continuación) esde que redacté mi anterior entrega he tenido la oportunidad de hojear una obra de divulgación que supone una especie de comentario a lo que había escrito. Formalmente parece una contradicción, pero en los hechos es una confirmación. Yo había observado que el señor Wells, quien originalmente sostenía la tesis de que las cosas no admiten comparación alguna entre sí, después se dio con excesivo celo a la tarea de asimilar las religiones históricas entre sí. Señalaba, de paso, que lo que llamamos las religiones del mundo difieren, no porque todas sean verdaderas, sino porque todas son religiosas. Se diferencian no sólo por lo que logran realizar, sino por lo que pretenden lograr. Una de las más interesantes, el budismo, hasta cierto punto es el tema de un pasaje en un libro reciente, The Outline of Literature, donde el mismo señor Wells aparece citado como autoridad en las enseñanzas divinas de Buda. La cita reza: «La enseñanza fundamental de Gautam a [18] , como ahora es posible comprobar por el estudio de las fuentes originales, es clara y sencilla, y está en perfecta armonía con las ideas modernas». Puede que esto sea un consuelo, pero quien ha fatigado una cantidad razonable de escritos periodísticos y polémicas de actualidad puede sentir la necesidad de preguntar: «¿Qué ideas modernas?». Tan sólo en las obras del señor Wells hay tal cantidad y variedad de ideas modernas que resulta un poco difícil ponerse en armonía con todas ellas. Todos tenemos una idea más o menos general del budismo; sabemos que preconiza la abnegación, la extinción del ego y demás. Pero estas palabras pueden significar varias cosas diferentes. Es cierto que podrían armonizarse con las ideas modernas. Con las ideas modernas de Schopenhauer, por ejemplo, quien sostenía que la voluntad de vivir es un engaño que nos hace vivir contrariamente a la razón. O con las ideas modernas de Swinburn e [19] , que compara la vida con el lecho de un río agotado del que lo mejor que puede pensarse es que algún día alcanzará el mar de la muerte. O también con las ideas modernas de A. E. Housma n [20] , preocupado por saber por qué le despertaron a la vida y cuánto tardará en morir y podrá volver al sueño eterno. Todas éstas son ideas modernas, a pesar de lo cual no parece que sean muy brillantes o vitales, por más que quienes las formularon se dedicaran a cosas como la creación de un gobierno mundial o incluso la redacción de un «esquema de la historia». Es más, difícilmente puedo imaginar a alguien menos capaz de apreciarlas que el señor Wells. Así, este autor se pregunta si el budismo es un pesimismo para determinar lo que en realidad sea. Y ésta es su conclusión: «Mientras el hombre no Página 40

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