Porque soy catolico
debates anti católicos el que sean precisamente las dos cosas que la mayoría de la gente supone que le están vedadas a los católicos. Pero la mejor manera de plasmar lo que quiero decir es repitiendo una vez más lo ya dicho respecto del abarcador ámbito de la universalidad católica. No tengo capacidad para trazar el perfil de esos últimos principios teológicos ni la autoridad o los conocimientos necesarios para definirlos, pero sigo figurándomelos del siguiente modo: Imaginemos que soy tan desgraciado que pierdo mi fe; ¿sería capaz de volver a abrazar la caridad barata y el optimismo vulgar que declara que todo pecado es un desliz y que el mal no puede vencer o incluso que no existe? Me sería tan fácil regresar a alguna de esas capillas muelles como a un hombre que hubiera recuperado la cordura volver a vivir en una celda acolchada. Sé que puedo dejar de creer en un Dios específico, pero no podría dejar de pensar que un Dios que ha sido capaz de crear libres a los hombres y los ángeles es muy superior a un Dios que los convence de la necesidad de vivir confortablemente. Sé que podría dejar de creer en la existencia de otra vida en un futuro, pero no podría dejar de creer que es preferible la doctrina que afirma que somos capaces de escoger y decidir nuestra vida futura a la noción de que nuestra vida ha sido diseñada como si debiera transcurrir en un hotel adonde nos conducen a todos obligadamente en un furgón celular. Sé bien que el catolicismo es demasiado vasto para que pueda abarcarlo, y aún no he explorado sus verdades, las bellas y las terribles. Pero sé que el universalismo me queda pequeño y me sé incapaz de volver a arrastrarme para acogerme a su triste amparo, tras haber contemplado la vertiginosa visión de la libertad. Página 90
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