Seduccion y Salvacion

11 salus et stuprum 33 años Dios Santísimo Yashua sus ojos estuvieron llenos de luz divina, 18 horas tuvo los ojos de hombre- humano y su comunicación con Dios Eterno fue oral, Mateo 26:39 Fue un poco más adelante y, postrándose hasta tocar la tierra con su cara, oró así: «Padre, si es posible, que esta copa se aleje de mí. Pero no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.» Et progressus pusillum, procidit in faciem suam, orans, et dicens : Pater mi, si possibile est, transeat a me calix iste : verumtamen non sicut ego volo, sed sicut tu. Hasta la última gota de agua y sangre que con la punción del soldado romano en su corazon fueron de- rramados esos dos vitales líquidos humanos, con ello para dar testimonio perenne del amor en la tierra a la creatura de Dios Trino, inerte sobre la tierra estaba en los brazos de la Santísima Madre, cuyo mayor consuelo es la salvación del mundo entero por medio de su precioso hijo, este SIN VIDA FISICA, pero CON VIDA ESPIRITUAL ETERNA todavía faltaba un breve tiempo para dar la pausa a que se cumpliera lo esta- blecido en el Levítico respecto de la ley de los muertos, una vez transcurrida la inhumación, en ese ins- tante, su transformación fue de nuevo a la luz divina, El, con El y por El, con el beneplácito de las otras dos Divísimas personas de Dios Trino resucitó con intensísima luz divina. 64 años la Santísima Virgen estuvo con la luz divina en sus ojos, después de su elevación en cuerpo de luz divina y alma purísima a los cielos por su bendito y único hijo, fue coronada emperatriz del universo de lo visible e invisible por la Santísima Trinidad, solo un breve momento, sus preciosos ojos estuvieron cerra- dos mientras fue trasladada por todas las 8 jerarquías celestiales dispuestas a servirla hasta la eternidad, estas ocho jerarquías es el ejercito de Dios Eterno solo que ahora esta al servicio de la Inmaculadisima Madre que por voluntad divina ella manda y ordena, desde el mas minúsculo, pero no menos bello ángel, hasta Miguel, el que tiene la espada flamígera de la verdad y que envió a las tinieblas a Luzbel, el triunfo final de su purísimo corazon inmaculado sera ya muy pronto y empezará desde Méjico. La oración en el huerto (detalle). Bernardo Bitti, 1595

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